Las importaciones que se realizan a través de vía postal tienen el beneficio de no pagar el impuesto general de importación, el IVA ni el DTA, y tampoco es necesario utilizar los servicios de agente aduanal.

Esto bajo ciertas condiciones, la mercancía de importación debe de tener un valor en aduana menor a 300 dólares al equivalente en moneda nacional o extranjera; o bien que la mercancía se trate de bienes de consumo personal usados o nuevos, que por su naturaleza y cantidad no puedan ser comercializados.

Así mismo las mercancías que no pueden importarse a través de vía postal son las que requieran el cumplimiento de regulaciones y restricciones no arancelarias, o que sea de difícil identificación por su presentación, requieran de análisis físicos o químicos para conocer su composición u otras características para poder realizar la clasificación arancelaria (en este caso sin importar la cantidad y del valor consignado)

Las mercancías que ingresen al territorio nacional por vía postal quedan confiadas al Servicio Postal Mexicano, y bajo la vigilancia y control de las autoridades aduaneras.