Retos y oportunidades para el sector automotor



Autoridades de los tres países acordaron respetar las mismas reglas que establece el TLCAN para la comercialización de vehículos respecto al contenido de origen y pago de aranceles, pero con distintos valores, condiciones más estrictas que la industria automotriz deberá asumir y adaptar gradualmente.

El tratado vigente (TLCAN) establece la posibilidad de importar vehículos nuevos y usados con la condición de un certificado de origen expedido por el fabricante, acreditando que el vehículo es 62.5% procedente de Norteamérica.

De acuerdo con Guillermo Rosales Zárate, Director General Adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), el T-MEC establece que, al igual que el TLCAN, se pueden importar vehículos nuevos o usados si cumplen con la acreditación de ser un vehículo originario, pero ahora deberán tener 75% de contenido regional.

Los automotores deberán certificar que el 40% del acero y aluminio procede de América del Norte, que siete de los componentes esenciales de la unidad tienen el 40% de contenido regional y que el 40% haya sido ensamblado en una zona de 16 dólares la hora, según la regla salarial.

Aunque el panorama es retador, el gremio asume que transitará por un proceso de adecuación, pero sin mayores riesgos, además de que «se ha concluido una etapa de incertidumbre del T-MEC y de los pronunciamientos políticos del gobierno de Estados Unidos, lo que también representa una mejor perspectiva para la industria automotriz en México», agregó.