Las autoridades de Estados Unidos se reunieron en China con sus respectivos representantes para abrir las conversaciones para negociar un nuevo acuerdo, teniendo en cuenta que existe una tregua de la guerra comercial de 90 días, (hasta el 1 de marzo), que fue pactada por Donald Trump y Xi Jinping.
Debido a la desaceleración que ha registrado China en el último año se han buscado tomar medidas para disminuir la guerra comercial, desde la disminución de aranceles punitivos a los productos originarios de EUA hasta la modificación de las normativas como la que permite ahora a los fabricantes extranjeros de coches ser propietarios del 100% de su negocio y no tener que depender de un socio local, abriendo así lo que constituye el mercado más grande del mundo en este sector.
De acuerdo con medios chinos, el país estaría dispuesto a incrementar sus importaciones de Estados Unidos, pero todavía se niega a modificar las reformas estructurales de su economía como la regulación de los subsidios industriales a la propiedad intelectual y la piratería
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang aclaró que la disputa comercial entre China y Estados Unidos no es una situación positiva para los involucrados ni para la economía mundial. Por su parte Kevin Hasset, uno de los asesores económicos de Donald Trump ha aceptado que las empresas estadounidenses que cuentan con grandes ventas como “Apple” verán sus ganancias afectadas si no se logra un acuerdo.