Lejos de ampararse en una postura proteccionista, China ha decidido abrirse aún más, dando oportunidades comerciales. Las ideas para el proceso de apertura al país asiático y brindando nuevas oportunidades al desarrollo de países de todo el mundo, se dan tras las últimas sesiones entre los legislativos y consultivos de China.
Tras la aprobación de la nueva ley de inversiones extranjeras, el 15 de marzo del año en curso, que protegerá mejor a los inversionistas foráneos, fue uno de los enfoques que se buscan seguir. Esta ley recobrara la confianza, pues durante la asamblea popular nacional (APN, Legislativo) da hincapié a mejorar la transparencia de las políticas sobre inversión extranjera y garantizar que las empresas compitan en condiciones de igualdad con las nacionales. La transparencia de las políticas, consistirá en las normas institucionales, reglas tributarias, seguridad jurídica y la disponibilidad de un ambiente de preservación de los derechos de los países extranjeros en relación con sus propiedades.
La nueva legislación recorta la lista de sectores cerrados a la inversión extranjera, permite que empresas totalmente financiadas por extranjeros operen en más sectores y refuerza la protección de los derechos de propiedad intelectual de los inversores extranjeros, además de prohibir las transferencias de tecnología obligatorias.
Esta ley pinta por ser un gran impulsor de crecimiento, otorgando incentivo para que los extranjeros realicen importantes contribuciones financieras con/en China, comentó Ronnie Lins, presidente del Centro China-Brasil de Investigación y Negocios. Añadiendo la oportuna promulgación de la nueva ley “con el objetivo de atraer y facilitar las inversiones extranjeras en China”.
Para América Latina esta es una gran oportunidad pues a nivel comercial, el volumen del intercambio bilateral entre China y América Latina alcanzó un récord de 307.400 millones de dólares en 2018, con un aumento del 18,9 por ciento respecto al año anterior, según datos oficiales chinos.
El desafío entra en como los países latinoamericanos puedan aprovechar a su máximo esta oportunidad de cooperación con esta gran potencia, China. Pues su contacto comercial entre América Latina y China ha sido un factor primordial para el crecimiento económico de Latinoamérica.
China también busca promover la cooperación industrial para potenciar la capacidad productiva de los países de la región. Pues como historial el 2015 cuando se creó el fondo de cooperación en capacidad productiva entre China y América Latina y el Caribe, con un capital inicial de 10.000 millones de dólares, siendo beneficiario en gran medida, principalmente el rubro de alimentos.
La defensa que ha hecho China del multilateralismo y de una cooperación internacional basada en el mutuo beneficio, fue especialmente subrayada durante las sesiones.
El canciller chino, Wang Yi, recalcó que la iniciativa, a la que se han sumado por el momento 123 países y 29 organizaciones internacionales, “no es una herramienta geopolítica, sino una gran oportunidad para el desarrollo común”.
El gran ejemplo de China puede dar inicio a una nueva forma de dar un escenario de respeto y transparencia comercial donde fluyen las fuerzas alrededor de un bienestar común.