De la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) poco se conoce sobre el estatus de los términos y acuerdos a los que se ha llegado, se sabe que se estableció una cuota máxima de 2.4 millones de unidades para nuestras exportaciones de vehículos y de 90 mil millones de dólares para las piezas o autopartes; es un punto en el que se había insistido en que no se aceptarían. Estados Unidos aún no se decide si las importaciones automotrices representan un riesgo para la seguridad nacional de su país, siendo así establecería aranceles de 25% a las exportaciones de México.
Sobre el rubro de normas de origen, otro de los más debatidos, el acuerdo establece que para gozar de bajos aranceles correspondientes a “nación más favorecida” los vehículos deben contener 75% de partes originarias de la región y en caso de no cumplir, se impondrán aranceles. Si Canadá decide no sumarse a los puntos ya acordados entre México y Estados Unidos y añadir nuevas reglas a la relación comercial bilateral, algunos puntos como el de reglas de origen del sector automotriz, podrían sufrir ajustes para adaptarse a una relación comercial de dos países en lugar de tres. Por ejemplo, México y Estados Unidos ya acordaron elevar de 62.5 a 75% el requisito de contenido regional y se tendrían que reconfigurar valores de los componentes regionales; a lo que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, mencionó la semana pasada “en caso de que Canadá quedara fuera del acuerdo preliminar en materia de comercio, tanto México como Estados Unidos volverían a la mesa para negociar las reglas de origen automotriz”.
Si Canadá decide quedar fuera, se verá afectada la competitividad logística de la región de Norteamérica ya que impedirá el libre tránsito de los insumos y componentes que cruzan las fronteras de los tres países.